La muerte finalmente le besó en la boca. Sin embargo, cuando paso frente a un ventanal, miro su estilo de andar. Cuando escribo estas líneas, detalles de sus manos. A veces, frente al espejo, percibo la forma de sus ojos y cuando mi hijo despierta, veo en mi niño, la misma luz que el hombre solía tener en su mirada.