Thursday, September 28, 2006

Viva Alfaro Carajo!
 





"La hora más oscura es la más cercana a la aurora" me
decían que dijo el viejo Eloy, en alguna campaña
jodída de frío o de mosquitos.
 
La aurora, según los griegos tiene rosados dedos, pero
esta vez nos toca con las manos mestizas del abuelo,
del indio Eloy. Sale de nuevo después de esa noche
oscura de la oscura hoguera bárbara de los días de
Freile Zaldumbide, prendida por los compinches de
Plaza. después de aquella larga noche donde en
desvergonzado baile de salón, liberales "de chistera"
y copetonas curuchupas declaraban su eterno amor y
mancillaban el sueño y el pensamiento del héroe.
 
La noche termina, la aurora antecede el salir del sol.
20 años exactos han pasado desde aquel amanecer donde
se elegía entre derrotar a la oligarquía o morir.
donde casi muriera Alfaro por segunda vez, ahora por
intermedio de los nietos de sus primeros asesinos.
 
¡Que 20 años no es nada dice el tango! y vaya que si es
bien poco, mi adolescencia se ha esfumado y ahora
cuando una cana aparece, Alfaro vuelve desde sus
cenizas. Desde aquellas que fecundan "El Ejido" y
desde las del Arturo, del Fausto, del Roberto... 
 
Este día que amanece otra vez, puede que sea otra
jornada montonera, puede ser que los espectros
redivivos de montubios y negros macheteros, suban de
nuevo a la sierra y encuentren al Alejo Sáez y sus
descendientes cobrizos. Puede ser que como en las
epopeyas antiguas, todos los aparecidos, los del más
antes y los del más ahora nos acompañen a retomar el
combate, en un estruendoso Viva Alfaro Carajo! 
 
en efecto, Alfaro Vive Carajo!, el Alfaro del
"Alajuela", y el alfaro del "Que púchicas mi país" y
de la "Montonera". El Alfaro del tren y el Alfaro de
las células románticas. El que creia en la educación
laica para muchos y ese Elfaro rejuvenecido con
milicias barriales y conciertos de rock y porqué no,
aquel Alfaro de las recuperaciones de comida, de armas y de
plata. 
 
Pues este Alfaro es el mismo que creía en la
liberación, revolución, democracia en armas, o en todo
junto a la vez, no es un Alfaro que vive y que
resucita como monigote a propósito de la coyuntura
electoral.
 
Alfaro Vive! Carajo!, el mismo, dos en uno, el viejo
general de las derrotas de los libros de historia y el
más cercano del cual los diarios dedican pocas líneas.
ambos surgen y nos conminan a la bronca. Esta vez sin
entregar las armas, estas armas pocas que nos quedan
por siempre: el coraje, la dignidad, la utopia, la
dulzura liberatria...
 
Desde algun lugar del globo azul.
Daniel Conde

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