Monday, October 16, 2006

Digresiones en el teatro electoral III

Primer Acto
Los sondeos decían que Roldós - ID y Correa pasarían a la final. Según algunos editorialistas, el Ecuador se definiría entre la centro izquierda y la izquierda. El candidato de RED, además de haber sido abogado de banqueros, dejó definitivamente sus vestiduras “socialistas“ al aliarse con un partido que socialdemocráta en teoría, en la práctica ha desarrollado medidas que más se ajustan a la centro derecha e incluso la derecha neoliberal, para muestra recuérdese la neoliberal política económica del Gobierno de Borja.

Esa era la disyuntiva mas probable, pero el candidato plutócrata y “compravotos“ repuntó y es el contendiente de Correa.

Intermezzo

Gane quien gane las elecciones, es importante tener presente que la movilización es la determinante de los cambios sustantivos en el juego del poder y en el ejercicio de una democracia participativa. Independientemente de quien gobierne deben generarse iniciativas propias, desde lo organizativo, hasta lo reinvidicativo, desabrochaándose el cerebro y abriendo espacios de diálogo. La principal tarea, más allá del gobierno que venga es estar atentos a confrontar al poder con estrategias y acciones directamente contestarias y viables y buscar mecanismos de exigibilidad y rendición de cuentas, de tal manera que cualqueira que sea el presidente responda a los intereses de quienes lo eligieron, una mayoría de entre ese 70% de pobres ecuatorianos que están dentro y fuera del país.

Segundo Acto

Se inicia el segundo acto, la primera vuelta electoral ha concluido, los comicios develan dos tendencias polarizadas y dos concepciones ideológicas. La contienda del 26 de noviembre tiene sus actores, como en el box podríamos decir que...:

En la esquina azul, con el beneplácito y auspicio de la Embajada yankee, está Alvaro Noboa Pontón representante del PRIAN, (cuyas siglas originalmente eran Partido de Renovación Institucional Alvaro Noboa), el hombre más rico del país.

En la esquina roja, sin el auspicio de muchos de los partidos de izquierda tradicional, con el beneplácito de vastos sectores de la denominada “sociedad civil“, Rafael Correa Delgado, representante del Alianza País, partido formado para participar en estas elecciones, economista, ex-ministro de Palacio.

Noboa, un plutócrata populista de ultra derecha, manejando un discurso neoliberal prvatizador, que pretende eliminar controles fiscales, achicar el estado y administrar el país como si fuera una de sus empresas, favoreciendo a sus amigos empresarios y a los Estado Unidos con la firma del TLC. El candidato que está en campaña desde hace casi 8 años, quien cree que todo se soluciona con plata, no conoce la palabra soberanía, pues pretende que un pedazo de país siga en manos del imperio del norte, al ofrecer continuidad al tratado que cede a los norteamericanos la base de Manta.

Correa, calificado de populista por parte de algunos sectores de izquierda, quienes niegan que el candidato de Alianza País, sea de esa tendencia, y le increpan el haber estado ausente en procesos como la salida de la Oxy o la lucha contra el TLC. Arguyen que Correa searía un próximo Lucio, ganador con un discurso de izquierda, pero listo para aplicar el neoliberalismo y sumisión al imperio de siempre, luego de electo. Mientras tanto la derecha lo tilda de comunista solapado, chavista y hasta de recibir dinero de Cuba.

Sin embargo, el discurso de Correa es contratrio al TLC, contrario a la renovación del contrato de la Base de Manta y contrario a la política de privatizaciones. Si escuchamos las voces más pesismistas, diríamos que es una final de populistas, populismo de izquierda vs. populismo de ultra derecha, pero no se pude negar que el candidato de Alianza País tiene un programa mucho más coherente con las mayorías.

Así las cosas, podríamos estar frente a un nuevo “Frente de destrucción nacional“ liderado por el plutócrata quien contaría con el apoyo del partido manejado por los hilos de LFC, apoyado por el dictócrata y su partido el PSP y con ellos probablemente la UDC, el Alfarismo Nacional, el CFP y probablemente el PRE del “loco que canta“ y otras menores expresiones de la derecha.

Del otro lado se esperaría que los partidos de izquierda y la denominada centro izquierda apoyen a Correa. Por ello no se justifica que algunos sectores de “izquierda“ desde ya manifiesten el voto nulo para la segunda vuelta, argumentando no sentirse representados.
Digresiones en el teatro electoral II

Los actores
En estas elecciones y como siempre, la amalgama de donde elegir fue vario pinta, con el detalle de que esta vez, la derecha oligárquica no aparece cohesionada en una sola candidatura. Aunque tradicionalmente, la derecha y sus partidos no han tenido problemas en ceder su candidatura presidencial entre sus miembros y hacer pactos que al espectador extranjero parecerían inverosímiles, en esta ocasión no han logrado un "frente de reconstrucción nacional".

Así, los grupos ecónomicos de poder, no han podido imponer los negocios sobre los "idearios" partidistas, esto se debe quizás al desgaste sucesivo que han tenido algunos de esos partidos, gracias a sus "líderes" tales como el PSP y el PRE o el incipiente remozamiento de otras tiendas como la ex DP, hoy UDC, CFP y el ex FRA, que con su nueva etiqueta pero con viejas figuras pretende tapar, cual lo hacen los gatos, su paso por los gobiernos de Bucaram, Mahuad, Alarcón y Gutiérrez. A esto se une el hecho de que la derecha es carente de una figura con liderzgo nacional, el "tuerto del Cortijo" es cada día más antipático, incluso en la cuidad de su delfín alcalde.

Un detalle importante es el creciente voto nulo registrado, que devela el rechazo a todos la clase política, pero básicamente para elegir a quienes pretenden ocupar esa desprestigiada institución llamada Congreso Nacional, la consigna de "que se vayan todos" se representa en las urnas, el ganador para ocupar la legislatura del país ha sido el voto nulo.

La derecha para esta contienda, estuvo representada por una plutocracia que sin empachos manifiesta un retrógado discurso neoliberal, acorde a los interses del grupo monopólico más poderoso. Junto a ella, el prepotente PSC, as de los otros grupos económicos costeños, que quiere remozarse con una bella candiata eco de león, y la ID, partido de la burguesía serrana, que va de la mano del otro león quien perdió más de lo que ganó con la alianza.

En la izquierda, las cosas tienen su propio estilo. Hace unos meses, se buscaban mecanismos para generar una candidatura única y veíamos con esperanza la propuesta unitaria para las elecciones presidenciales, proyecto que jamás cuajó. De hecho, esta se presenta a la contienda con seis candidaturas.

Nada nuevo bajo el sol, pues la izquierda y (no solo la ecuatoriana) como siempre ha ido en busca del poder presidencial por separado, pues sus líderes concursan en ser el menos revisionita, el más super izquierdistas y parecen decir: "apoyo la unidad de la izquierda si es que fulano y sutano no entran en este proceso y si es que yo o alguien de mi partidito es el candidato presidencial".
Digresiones en el teatro electoral I

El argumento
Las elecciones son el escenario donde la democracia representativa se legitima, éstas no son una expresión del fortalecimiento de la democracia real y menos aún del ejercicio del poder por parte del "demos", tal cual reza la etimología. El pueblo, ni siquiera en la antigua Grecia, tuvo el poder por la vía democrática electiva. En nuestro contexto, las elecciones, no alcanzan a ser ni un volátil ejercicio pedagógico en materia de cultura política.

Gran parte del "demos" ecuatoriano, apenas accede a la educación básica, después, hecho ya todo un analfabeto funcional, adquiere incipiente conocimiento de algunos de sus derechos y deberes ciudadanos. El concepto de ciudadanía es desconocido. Enfatizando en uno de los derechos ciudadanos, el voto, fácilmente se nota que el "ecuatoriano común" no sabe que compromisos ni que derechos adquiere al votar, ni siquiera puede establecer diferencias esenciales entre los programas políticos de los candidatos. Este desconocimiento y la ausencia de una cultura política sólida en la mayoría de ecuatorianos, ha sido propiciado por la misma clase que detenta el poder político desde hace los albores de la República y es ésta clase la que se beneficia directamente de ello, enquistando a sus empleados en todos los poderes del estado.

El tablado
El proceso eleccionario se asemeja a un circo hiperreal, un show ensamblado por las creativas campañas mediáticas, espectáculo electoral donde todos entramos en la dinámica del "por quién votar".

Por un lado los futuros electores que van abriendo esperanzas y dudas mientras definen su opción, pero no de acuerdo a un programa o a la ideología de tal o cual partido. El voto se define en función de la persona, del candidato "que el cae bien", del que le parece más simpático, el más “macho“ y hasta el más guapo o bonita, del que habla mejor, aun cuando en el fondo sean cantinfladas, o del que regala más en la campaña, concientes de saber que se los cobrará una vez elegido.

Por otro lado, los candidatos asoman a la pasarella con discursos, juramentos y ofertas, en medio de las visitas de campaña, ellos pisan por vez primera el mismo fango de los suburbios, que es cotidiano para millones de ecuatorianos. Los que tienen mucho compran el voto con víveres, computadoras y sillas de ruedas. Los que tienen menos acuden a la fogosidad o al mensaje de ternura, o a la belleza física, disimulando rugidos… pero más que nada el contumaz ataque al contricante. Estrechan manos y besan a los curiosos andrajosos, sonrientes miserables que se maravillan de tener cerca, “en vivo“, al ser de la pantalla.

El ser humano en su ludismo se fascina con el circo y en tiempo de elecciones, como en tiempo de fútbol, pretender hablar de otros temas resulta "fuera de foco" y en medio de el show los ahora denominados votantes se olvidan de las tareas fundamentales de construcción de propuestas alternativas al poder establecido. En época electoral se olvidan de la necesidad de potenciar lo colectivo como germen de organización y alternativa a niveles del entorno local. En tiempo electoral, la colectividad, la comunidad, el barrio, el comité promejoras y hasta el club deportivo se dividen como expresión histórica de grupo y más bien se fragmentan y confrontan al apoyar a uno o a otro "candidato-mesías".

Lo que no toman en cuenta ni los postulantes a la presidencia ni muchos electores, es que ganarla no significa acceder a una instancia de poder absoluto, puesto que el poder político en Ecuador, se puede ejercer sin sentarse en el sillón de Alfaro, tal como han hecho los social cristianos en todos estos años. El PSC desde 1988, ha detentado el poder sin tener la presidencia, cooptando los tribunales electoral y constitucional, las cortes, y estratégicas instituciones de la política estatal, sin mencionar las que brindan jugosas ganancias. Este manejo aunado a la presion ejrcida por su bloque legistalitvo, ha logrado que las decisiones cruciales del país se manejen al antojo del "tuerto del Cortijo" y su camarilla, siendo el llamado primer mandatario, chantajeado o cooptado a ese entorno.

Por otra parte, en el contexto geopolítico y en condiciones de globalización, el presidente de una nación sudamericana es un funcionario de tercera categoria que tiene como "jefes" inmediatos a los organismos multilaterales de crédito (FMI y BM), que “sugieren“ recetas para gobernar, los delegados del poder multinacional que condicionena inversiones y la embajada local de Estados Unidos, representante del "policía del mundo" que intimida, todos ellos opinan, delinean y aprueban o desaprueban, la actuación del hombre que ciñe la banda tricolor.