Wednesday, August 22, 2007

Los monosílabos y eso de hacer el amor en el exilio...

“La gente de este bendito y maldito país es realmente piola.

A él, a qué negarlo, le gustan estos sonrientes, sobre todo ellas.

Pero hay días y noches en que echa de menos el sobrentendido.

Días y noches en que tiene que explicarlo todo y escucharlo todo.

Una de las módicas ventajas de hacer el amor con una compatriota es que si en un instante determinado (esa hora cero que siempre suena después de las urgencias, el entusiasmo y el vaivén) uno no está para muchas locuacidades, puede pronunciar o escuchar un lacónico monosílabo y esa palabrita se llena de sobreentendidos, de significados implícitos, de imágenes en común, de pretéritos compartidos, vaya uno a saber.



No hay nada que explicar ni que le expliquen.

No es necesario llorar la milonga.

Las manos pueden andar solas, sin palabras, las manos pueden ser elocuentísimas.

Los monosílabos también pero solo cuando remolcan un convoy de sobrentendidos.”

(Benedetti; Primavera con una esquina rota: 35)

1 comment:

Anonymous said...

Seguramente sera cierto... pero las verborragias tambien pueden carecer de sentido con un/a compatriota, mientras solo hace falta un suspiro para que uno entienda perfectamente lo que cruza, en este momento preciso, por la cabeza de la persona amada, sin que vengan del mismo continente...
:o)
Sarah